martes, 5 de mayo de 2009

Atractivo, original y valiente

Agente socializador, portavoz de valores, testigo de la historia, instrumento de propaganda política e industria capitalista. El cine es protagonista en tiempos de crisis socioeconómica, primero por sus grandes presupuestos y pérdidas y después por sus éxitos inesperados.

La gran pantalla no es sólo un espacio de proyección de películas ni de encuentro multitudinario de gente en los días de estreno (si ha habido suficiente y atractiva promoción). El cine es cultura, forma parte de la memoria histórica de un grupo de personas, un pueblo, una ciudad, un país y una época. Favorece también el conocimiento del otro.

Provee empleo a creativos de distintas ramas: cineastas, actores, fotógrafos, maquilladores, diseñadores, camarógrafos, iluminadores, etc. Además, monta fábricas de producción por los insumos que requiere y se acompaña de una variedad de personal de servicio. La mayor parte del trabajo que genera esta industria resulta invisible por su evidencia.

Este arte ha evolucionado, ha tomado lecciones de las formas clásicas de representación como la pintura y la escultura y las ha superado adquiriendo un lenguaje propio que ha sido adaptado en ocasiones por espectáculos, programas de televisión, pautas publicitarias, entre otros.

El triunfo de la empresa cinematográfica depende de su capacidad de adaptación, de reconocimiento social, de la puesta en escena de intereses públicos variados, de la originalidad, del desafío a lo cotidiano y de la recuperación de lo común desde otro punto de vista. Todos preferimos calidad antes que cantidad y para eso ante todo se requiere voluntad y coraje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tus comentarios!