viernes, 15 de mayo de 2009

Las fronteras de las civilizaciones

El salón de grados de la Universidad Rey Juan Carlos acoge hoy, 13 de mayo de 2009, el II Seminario Internacional sobre la comunicación mundial y el encuentro civilizatorio. Un nombre largo y complejo para un tema que preocupa: las relaciones interculturales.

El reloj marca las cuatro y media de la tarde cuando Sonia Valle de Frutos da inicio a la sesión. Agradece la presencia de los expositores y demás presentes, en particular a los estudiantes. El aforo no está completo, cuenta con unas 30 personas que van rotando a lo largo de la actividad.

La conferencia inaugural Las fronteras de las civilizaciones: nuevo orden comunicativo mundial viene de la mano del Catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Calduch Cervera.

La intervención de una hora de duración pretende definir la cultura, relacionarla con la globalización y señalar el rol de los medios de comunicación en la difusión de la misma.

Según Calduch, las culturas pueden clasificarse en dos categorías: abiertas o cerradas.
Las primeras están ligadas a la ciencia y a la tecnología, apelan a la racionalidad y a la tolerancia con criterios de inclusión y enriquecimiento cultural. Los valores compartidos son verificables, objetivos.

Las segundas son más emotivas, tienden a la intolerancia y a la exclusión. Los principios son subjetivos, sólo pueden ponerse en común por analogía, si el otro ha sentido lo mismo que yo.
En este contexto es que las relaciones interculturales pueden ser conflictivas, de rechazo o resistencia; o de cooperación, de imitación o transculturación.

Las civilizaciones se construyen a partir de elementos racionales y emocionales que tienen las culturas. Calduch señala que la civilización occidental es la más sólida porque se sostiene, entre muchos otros principios, por la ciencia y la tecnología. Está integrada por las culturas greco latinas, germánicas, nórdicas, anglosajonas, iberoamericanas y eslavas.

Otras civilizaciones, como la sínica tienen en común la tecnología, la experimentación, pero no la ciencia, la acumulación de conocimiento. Las culturas islámicas, asiáticas, judaicas y detenidas (indígenas) no han podido sentar las bases para dar el paso civilizatorio.

La globalización es un fenómeno de interdependencia asimétrica compleja a escala mundial determinado por decisiones multilaterales. En palabras de Calduch “es como enamorarse, si el otro no quiere es dependencia”. La relación funciona porque hay un acuerdo entre las partes.

Después de mostrar rápidamente la evolución de los medios de comunicación desde el siglo XVIII, se centró en el avance acelerado de Internet, su alcance global, su capacidad multimedia, instantaneidad, bajo coste e interactividad, gran diferencia esta última con la televisión y el cine caracterizados por facilitar también la comunicación transcultural.

El catedrático indica que Internet implica una revolución comunicativa que no verán ellos ni nosotros tampoco, ya que la brecha digital es muy grande. La revolución Gutenberg no fue tal hasta el siglo XIX cuando alfabetización había marcado paso.

Finalmente, revela algunos de los efectos de las culturas en la comunicación social, tales como la imposición de una lengua preferente; la consolidación de una identidad colectiva y personal; el establecimiento de una hegemonía de la comunicación transcultural; la selección de medios preferentes para la comunicación con otras culturales así como la interpretación de mensajes provenientes de fuera y el condicionamiento de la respuesta social a los mensajes recibidos.

Los asistentes aplauden la intervención de Calduch, mientras éste apaga su micrófono y da lugar al comienzo de la mesa redonda La comunicación mundial y el encuentro civilizatorio.

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